Disculpad si parece que entre en bucle, pero de nuevo me pregunto como puede ocurrirsele a alguien cambiar el título de «incidente en el Hotel Nile Hilton» a «El Cairo confidencial» . Lo primero que se me ocurre es patéticamente obvio: hacer referencia emocional a «L. A. Confidential» , la estupenda película de Curtis Hanson que recreaba en clave de cine negro (ambientado en los 50) la corrupción de la ciudad de Los Angeles.
Por eso mismo, podría haberse llamado esta película «Corrupción en El Cairo» (evocando de forma igualmente patética a «Corrupción en Miami». Dejemos aqui mi bucle melancólico, que a fin de cuentas @DiasDeCine hizo un preestreno de esta estupenda película y tuvimos a su director, Tarik Saleh, dandonos una estupenda entrevista y luego presentando la película a nuestros espectadores, tan incrédulo (eso nos dijo) que pidió a los espectadores si podía hacerles una foto para que su madre viese cuanta gente había en la sala viendo su película. Doy fe.
«El Cairo confidencial» está basada en un hecho tan real y con una solución tan mala, que el acusado de la muerte de una chica, un miembro de la élite del poder egipcio, está ya en libertad, mientras que la película no puede verse en Egipto. Con esto ya está dicho todo.
De origen egipcio y sueco de adopción Tarik Saleh habla con conocimiento e causa de todo lo que vemos en la pantalla. «El Cairo confidencial» se sirve de los códigos del más puro cine negro para contar una historia que, desde el Mcguffin de un caso de asesinato de una mujer en el Hotel Nile Hilton de la Plaza Tahir de El Cairo, permite que veamos toda la corrupción que empapa a la sociedad egipcia. La película está ambientada en los días previos a las revueltas de la Plaza Tahir (de lo cual hay un excelente documental por ahí) y la caída de Hosni Mubarak.
El detonante de ese asesinato que ha de investigar Noredin Mostafa (estupendo el actor libanés Fares Fares) sirve para que en primer lugar veamos que el mismo polícía está corrupto hasta las trancas. El problema es que él es solo uno de tantos, y no precisamente el más corrupto. NO quiero entrar a detallar la trama, todo lo enrevesada que cabe esperar en una película de este tipo, ni los muchos personajes que la pueblan.
Tarik Saleh nos habla de una ciudad superpoblada, de la inmigración irregular, de los sobornos como cosa cotidiana y de la eterna necesidad de los poderosos de tapar cualquier basura con la que se les pueda asociar. Y de la mayor corrupción posible que es la del Estado. Fuman mucho en esta película, muchísimo, y el director ha querido jugar en la liga de los grandes referentes. Vemos entre lineas evocaciones a «Blade Runner», «Chinatown» y «Taxi Driver», pero también, como él mismo director confesaba a «Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha» e incluso «El sueño eterno». Mujeres fatales, tugurios, gente poderosa, policías corruptos y jefes aún mas corruptos, gente que no tiene nada que perder y gente que lo tiene todo que perder, el amor más turbio y un atisbo de redención de ese policía corrupto en tiempos difíciles.
Nada de esto hace por si mismo una buena película, pero Tarik Saleh rueda muy bien y crea con la cámara, la luz, el sonido y el montaje esa atmósfera irrespirable del mejor cine negro. Esto si define a una buena película. Mubarak cayó y la primavera llegó para dejar paso rápidamente al invierno. Egipto está hoy como está. Ya lo decía el Principe Salina en «El Gatopardo»: algo había de cambiar para que todo siguiera como estaba.
A 26 de marzo de 2018.
En medio de algún sitio.
@Gerardo_DDC
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