Tengo un poco abandonado este rincón, que abrí para pode dar rienda suelta a mi desenfreno, pero últimamente se me han cruzado en el camino 3 asuntos:
Martin Scorsese y su premio Principe de Asturias en @DiasDeCine, motivo por el cual me pidieron un texto de urgencia para la web de rtve.es (y luego hicimos, hice, una pieza para @DiasDeCine)
El prologo que amablemente me habían solicitado para un libro de próxima edición sobre el cine de los años 80, y preparar un coloquio sobre “El Padrino” que hicimos el pasado lunes en los Cines Paz, para lo cual me volví a ver los Padrinos, y muy en particular los documentales de todo tipo y condición que acompañan a las películas en las ediciones en DVD y Blu Ray. Una vez más, quedé rendido al Padrino (una película en tres partes, y no tres películas como algunos creen) y volví a sentir emoción viendo un documental que vi hace unos 20 años titulado “A look inside”.
Ya superado ese aluvión, me gustaría hablar aunque sea brevemente de una preciosa película, “LUCKY”, la última del gran Harry Dean Stanton, dirigida por un tipo mucho más que interesante, John Carroll Lynch, actor a quien pudimos ver en películas como “Zodiac”,”Gran Torino” o mismamente “Fargo”, y quien demuestra como director un temple ejemplar para contar la historia de ese anciano al que conocemos por su nickname, “Lucky” que se resiste a dejar de vivir, lo cual, seguramente, le convierte en una persona “forever Young”. Que por allí aparezca David Lynch (que no tiene nada que ver con el director de la película a pesar de compartir apellido) es un lujo, sabiendo como sabemos lo mucho que estimaba a su amigo Harry Dean Stanton, a quien su cámara mimaba en la tercera temporada de Twin Peaks. Lynch (David) hace un papel entrañable, un tipo que echa de menos a su tortuga, que se ha escapado.
En un pueblo perdido en medio de ningún sitio, con un sol deslumbrante y un aire transparente, Lucky repite día a día su ritual vital para reconocer en un momento que tiene miedo (a morir, entendemos). Cuesta creer que Harry Dean Stanton falleciera hace unos meses, pero tengo que recordar que yo mismo hice (con el pesar habitual) su “Habitación verde” para @DiasDeCine. Socarrona y vitalista, crepuscular y emotiva, la película tiene un final muy bonito, y el mismo Harry Dean se permite chapurrear en español, y lo que es mejor, cantar con alma en nuestra lengua.
Y no digo más… salvo que una vez, hace mucho tiempo, en 1984, volví en un avión desde San Sebastian a Madrid (tras el Festival de Cine) y en el asiento del otro lado del pasillo iba sentado Harry Dean Stanton. Una timidez absurda me impidió decirle nada de “Paris, Texas”, película que había ido a presentar al Festival, pero nunca olvidaré sus botas de cowboy. Yo me sentía un paleto ante aquel tipo que había buscado a Jonesy en la Nostromo. Y si, reconozco que una vez fui afortunado. O dicho en inglés, Once I was Lucky.
En algún sitio de la frontera…
a 10 de Mayo de 2018
Deja una respuesta